Dos grandes puertas giratorias de cristal separan la calle del impresionante interior del Palau de la Música Catalana. 3 de diciembre de 2008, más o menos las 21:15 de la noche y en mis temblorosas manos llevo las entradas del concierto que está a punto de empezar: Ismael Serrano vuelve a visitar Barcelona… Las escaleras que conducen al piso superior son un perfecto anticipo de lo que espera al espectador/a una vez entre en la platea o acuda a los palcos de los pisos superiores. Aún siendo un lugar tan enorme irremediablemente se hace acogedor: las butacas , las paredes, la hermosa cúpula con sus miles de cristales de colores, las increíbles esculturas que enmarcan y arropan el escenario, la iluminación, …
Lentamente todas las butacas se van ocupando y los leves murmullos de expectación van disminuyendo al apagarse las luces.
Empieza el concierto y mantengo la respiración …Ismael aparece en el escenario , con gabardina, sombrero y maleta…estamos de nuevo en Peumayén.
Cantamos, reimos, nos emocionamos...agarro tu mano y siento que todo es perfecto hasta que, por desgracia ,el viaje llega a su final y hay que decir adiós a Peumayén. Dice Aristóteles que “Gracias a la memoria se da en los hombres lo que se llama experiencia” por eso , aunque la nostalgia acuda, lo vivido resta en la memoria acudiendo siempre que la rutina arrastre, canse , desgaste …
2 comments:
que envidia hace unos años que no voy a sus conciertos, tengo practicamente todos sus cd firmados, pero como el 1º concierto ninguno, solos él y freddy, que recuerdos, el martes estaré iré de cabeza a comprar su nuevo cd.
besitos
Qué bonita crónica, me ha encantado.
Un abrazo.
Post a Comment